#4 El Monopoly de Sidney Mobell

El encargo fue nada menos que crear una joya entre los juegos de mesa: un tablero bañado en oro de 18 quilates, delicadamente adornado con incrustaciones de rubíes y zafiros. Incluso los dados no se quedan atrás, con puntos engastados en diamantes. Cada carta también lleva un toque de elegancia, con una tonalidad dorada que sugiere un baño en oro puro. El costo total de esta obra maestra alcanzó los 2 millones de euros para la empresa afortunada que ahora lo posee.